jueves, 9 de octubre de 2014

Bundt cake de fruta de la pasión

 
 

    Entre que he estado preparando una receta para otro proyecto (que espero podais ver en breve) y que llevo unos días más vago de lo habitual, llevo dos semanas sin publicar receta, y eso no puede ser, porque el que haya estado vago para escribir no significa que haya estado vago para cocinar, y como ya sabéis, este blog es mi excusa (barata) para hacer dulces día sí y día también.
 
     Una de las últimas recetas que he preparado fue este Raspberry Bundt Cake de elrincondebea.com. Me gustó tanto cómo quedó, que aprovechando que tenía un molde de bundt cake nuevo y que descubrí un bote de pasta de fruta de la pasión que ni me acordaba que tenía, decidí repetirlo cambiando un poco los ingredientes y el resultado fue este bundt cake de fruta de la pasión (o maracuyá, como más os guste) cubierto por un glaseado ligero con un toque de naranja que hoy os traigo.

Bundt cake de fruta de la pasión
 
 
 
 
 
Ingredientes:
 
Bizcocho
 
- 250g de mantequilla, a temperatura ambiente
- 300g de azúcar
- 4 huevos grandes
- 350g de harina
- 1/2 cucharadita de bicarbonato sódico
- 1/2 cucharadita de sal
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
- 125g de nata fresca
- 125g de yogur natural
- 60g de pasta de fruta de la pasión (yo también le añadí el zumo de un maracuyá, pero si no lo encontráis podéis suprimirlo)
 
 
Glaseado (opcional)
 
- 500g de azúcar glas
- 6 cucharadas de zumo de naranja
- 4 cucharadas de leche
 
 
- Precalentamos el horno a 175ºC y engrasamos un molde bundt de 25cm de diámetro con spray desmoldante o con aceite, extendiéndolo con una brocha para asegurarnos de que llega bien a todas las uniones.
 
- En un bol, tamizamos la harina junto con el bicarbonato y la sal  y reservamos.
 
- En una jarra, mezclamos el yogur, la nata fresca y la pasta de fruta (y el zumo si lo utilizamos) y removemos para que no queden grumos.
 
- En el bol de la batidora, mezclamos el azúcar con la mantequilla y batimos hasta que la mezcla haya blanqueado y tenga una consistencia esponjosa.
 
- Incorporamos los huevos (ligeramente batidos) uno a uno, rebañando bien las paredes del bol después de cada adición. Añadimos el extracto de vainilla y batimos.
 
- Añadimos un tercio de la harina que teniamos reservada, y batimos a velocidad baja hasta que se integre. Añadimos la mitad de la mezcla de nata, yogur y pasta de fruta y batimos. Alternamos estos ingredientes hasta terminar con la harina, batiendo siempre a velocidad baja para evitar sobrebatir la masa.
 
- Echamos la masa en el molde que teníamos engrasado, vertiéndola toda desde el mismo punto. Con una espátula nos aseguramos de repartirla de forma uniforme y de que llegue a todas las partes, alisamos la superficie y golpeamos ligeramente sobre un paño en la encimera para sacar las burbujas de aire.
 
- Horneamos durante 55-60 minutos o hasta que al pincharlo con una brocheta ésta salga limpia.
 
- Dejamos reposar en el molde sobre una rejilla durante 10 minutos exactos. Desmoldamos sobre una rejilla y dejamos enfriar por completo.
 

 
 
- Para preparar el glaseado, mezclamos el azúcar con el zumo y la leche hasta obtener la consistencia deseada, añadiendo más azúcar o más líquido en función de si lo queremos más ligero o más denso.
 
- Una vez se ha enfriado el bizcocho, colocamos la rejilla sobre una bandeja cubierta con papel de aluminio y echamos sobre él el glaseado. Dejamos secar el glaseado antes de partirlo.
 


 
 
 
     Lo mejor de este bizcocho, además de lo bueno que está, es que queda jugoso durante bastantes días, así que si podéis resistiros a no zampároslo de un par de sentadas, ya tenéis solucionados unos cuantos desayunos y meriendas.
 
¡Hasta la próxima receta!

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