lunes, 1 de junio de 2015

Helado de vainilla y honeycomb




    Toc, toc, ¿hay alguien ahí? Sé que después de tantos meses sin publicar quizá ahora que llega el verano no sea el mejor momento para volver, pero no podía dejar de compartir esta receta porque... MADRE MÍA.

     En estos últimos meses, y puede ser que debido a la sobredosis de azúcar sufrida por zamparme todas las recetas anteriores, no he horneado (ni gocheado) tanto como acostumbraba y de ahí la falta de actualizaciones. Pero ahora que parece que el calor ha llegado para quedarse, no he tenido más remedio que estrenar la heladera que me regalaron el verano pasado y que tenía desde entonces muerta de risa en la caja. Lo malo es que, después de probarla y comprobar lo fácil que es hacer un helado casero igual o mejor que el de cualquier heladería, quiero hacer otras cuarenta mil recetas distintas, lo cual le viene fatal a mi intento de operación bikini.

    Como era la primera vez que lo hacía, y no estaba demasiado seguro de si iba a salir con el empleo, decidí empezar con algo sencillito, así que opté por un helado clásico de vainilla de los de toda la vida al que luego añadí unos trocitos de honeycomb, que es una especie de toffee de textura crujiente y ligera.

    La receta se puede preparar tanto si tenéis heladera como si no, pero en ese caso id preparando el brazo porque vais a tener que hacer un poquito de ejercicio.


Helado de vainilla y honeycomb




Ingredientes 

Para el helado de vainilla: (aproximadamente para 1 litro de helado)

- 375ml de leche entera
- 450ml de nata de montar (mínimo 35% M.G.)
- 2 vainas de vainilla
- 5 yemas de huevo
- 150g de azúcar

Para el honeycomb:

- 40g de miel
- 70ml de glucosa líquida
- 200g de azúcar
- 2 cucharadas y media de agua
- 1 cucharada de bicarbonato sódico, tamizada


- Comenzamos preparando el honeycomb, cubriendo una bandeja de horno con papel de hornear.

- Ponemos la miel, la glucosa, el azúcar y el agua en un cazo y lo calentamos hasta que hierva, removiéndolo un poco para ayudar a que se disuelva el azúcar. Bajamos el fuego y lo dejamos calentando hasta conseguir un caramelo de color marrón claro (unos 10 minutos). Si tenéis un termómetro de azúcar, dejadlo hasta que llegue a 150ºC.

- Una vez ha llegado a esa temperatura, apagamos el fuego e incorporamos el bicarbonato, removiendo con unas varillas durante unos 5 segundos. Tened cuidado de no quemaros porque nada más añadirlo empezará a burbujear.

- Lo vertemos sobre la bandeja y lo dejamos enfriar hasta que se endurezca.

- Una vez frío, lo cortamos en trozos pequeños y lo guardamos en un recipiente hermético.


- Para hacer el helado, ponemos la leche y la nata en un cazo. Abrimos las vainas de vainilla y con la ayuda de un cuchillo sacamos las semillas, añadiendo éstas y las vainas al cazo.

- Calentamos a fuego medio hasta que comienza a burbujear sin llegar a hervir. Lo mantenemos así durante 3 minutos para que la leche se infusione.

- Mientras tanto, en un bol resistente al calor mezclamos las yemas con el azúcar.

- Una vez la leche se ha infusionado, subimos el fuego y calentamos hasta que comience a hervir. Vertemos sobre las yemas, sin dejar de remover para evitar que la mezcla se cuaje.

- Volvemos a verter en el cazo, y a fuego bajo y removiendo constantemente, cocinamos la crema hasta que cubra la parte de atrás de una cuchara (aproximadamente 10 minutos). Cuidado de que la mezcla no hierva porque podemos acabar comiendo huevos revueltos.

- Llenamos un cuenco más grande que el cuenco donde pondremos la crema con hielo y agua fría (aproximadamente 1/3). Colamos la crema a través de un colador fino y retiramos las vainas de vainilla. Dejamos enfriar en el baño de hielo, removiendo de vez en cuando para evitar que se forme una película en la parte superior. Una vez se ha enfriado por completo, cubrimos con film directamente sobre la superficie de la crema y dejamos enfriar en la nevera durante al menos un par de horas.

- Una vez fría, pasamos la crema a la heladera y seguimos las instrucciones del fabricante (aproximadamente tarda unos 20-30 minutos en estar listo).

- Trituramos trozos del honeycomb que teníamos reservado. Si preferís encontraros tropezones en el helado procurad no triturarlo demasiado.

- Añadimos los trozos de honeycomb al helado y lo pasamos a un recipiente apto para congelar. Congelamos hasta que esté sólido.



- Antes de devorarlo, lo sacamos unos 10-15 minutos antes del congelador.





* Si no tenéis heladera, cuando se haya enfriado la crema la metéis en el congelador, sacándola cada 1- 2 horas y removiéndola bien. Cuando se haya empezado a solidificar, la batís con unas varillas eléctricas y después la congeláis hasta que solidifique.  

** Si no queréis añadirle el honeycomb podéis sustituirlo por lo que más os guste (chips de chocolate, trozos de galleta...)



 

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