Aunque pueda parecer que me paso el día haciendo dulces siempre me queda tiempo para la que es otra de mis grandes aficiones: los programas de cocina, y sobre todo, los realities de competición. Me los veo todos (Masterchef, Top Chef, Hell's Kitchen...), pero si hay uno que me guste y por el que me paso el año sufriendo esperando a que empiece la nueva temporada es "The Great British Bake Off". Como ya habréis adivinado (y si no ya os lo digo yo) es un reality de (oh, sorpresa) repostería. Me encanta porque tocan todos los palos (tartas, panes, bizcochos, pastelería francesa, masas..) y además de las pruebas que tienen los aspirantes (leído Eva González style) también explican el origen de muchos postres y dulces típicos ingleses y emiten masterclasses donde explican paso por paso la elaboración de muchas de las recetas que se han preparado durante la temporada. Me gusta tanto que no sólo me he visto las cuatro temporadas de la versión británica, sino que también me he tragado la versión americana, la australiana y la irlandesa y me he comprado todos los libros que han sacado los ganadores, concursantes y jueces del programa. Vamos, que soy un adicto.
Y os preguntaréis, ¿a cuento de qué viene que éste nos cuente ahora todo este rollo? Pues básicamente porque estoy que no quepo en mi de gozo porque hoy empieza en la BBC One la 5ª temporada de la versión británica (la original y la mejor para mi gusto) y para celebrarlo os traigo una receta sacada del libro de la última temporada emitida.
Y os preguntaréis, ¿a cuento de qué viene que éste nos cuente ahora todo este rollo? Pues básicamente porque estoy que no quepo en mi de gozo porque hoy empieza en la BBC One la 5ª temporada de la versión británica (la original y la mejor para mi gusto) y para celebrarlo os traigo una receta sacada del libro de la última temporada emitida.
